Recientemente tuvimos la oportunidad de
presenciar la toma de posesión número 57 del presidente de los Estado Unidos de América. Barack Obama, juramenta nuevamente para
un mandato de cuatro años en una ceremonia que se ha llevado a cabo de manera
ininterrumpida desde que en 1789 George Washington lo hizo por primera vez. En su mensaje de toma ante los presentes en la ceremonia y ante millones que siguieron la transmisión por televisión, el presidente declaró entre otras
cosas que “una década de guerra está terminando y que la economía del país está en
recuperación”. De igual forma afirmó que su gobierno no estará completo
hasta que se garantice un mejor trato para los inmigrantes en su país quienes “todavía ven a esta nación como una tierra de
oportunidades”. El 71% de los doce millones de hispanos que votaron el
pasado noviembre, lo hizo por su reelección.
El tema de inmigración aparece, aunque brevemente, en un discurso donde sin embargo no se plantea ninguna
sugerencia de lo que realmente el
presidente piensa hacer al respecto. Lo cual muchos considera como un enfoque
poco alentador de un mandatario más
interesado en otros temas que a fin de cuentas vendrían a desplazar nuevamente la
posibilidad de sacar de las sombras a millones de personas que llegaron a este país
en busca de esas oportunidades que también buscaron quienes fundaron esta gran nación,
ya que una solución verdadera a este y otros problemas que aquejan diariamente
a EEUU definitivamente que tendría que pasar por propuestas que unan a todos
los sectores en vez de hacer planteamientos que de antemano se conocen van
rumbo al fracaso por carecer de factores de consenso entre las distintas fuerzas. Es decir
buscar soluciones que hagan que todo el
sistema funcione realmente mejor. Una solución que realmente resuelva
los serios problemas que abarca todo el sistema de inmigración con lo cual se pasaría
de manera concreta y eficaz de las palabras a los hechos.
Vale la pena destacar que como sucedió en su primera elección,
se evidencia la fortaleza electoral hispana que da un nuevo voto de confianza a
un Obama del cual esperan , (pese a
quedarse corto durante su primer periodo, en el cumplimiento de varias promesas
a esta comunidad) que durante este nuevo
mandato pueda tener la astucia de sortear los obstáculos que le permitan ser
reciproco con ese apoyo y de una vez por todas pueda hacer valer los derechos
de una comunidad que innegablemente puede inclinar la balanza en esta gran nación
y que naturalmente espera que los más de 11 millones de inmigrantes que pese aestar en las sobras de la “ilegalidad”
contribuyen grandemente al desarrollo económico , social político y cultural de los Estados Unidos de América.